sábado, 4 de septiembre de 2010

JOAN MARTORELL i MONTELLS, "Palacio de Sobrellano" (Comillas)

JOAN MARTORELL i MONTELLS. Palacio de Sobrellano (1888). Comillas (Cantabria)


En el año 1878 D. Antonio López y López, uno de los hombres de negocios más ricos e importantes de España, era distinguido por el rey Alfonso XII con la concesión del título de Marqués de Comillas. Tres años después, en 1881, coincidiendo con la visita del rey a Comillas, elevaba el título con la concesión de la dignidad de Grande de España, y al año siguiente designaba al Marqués como senador del reino.

Estas distinciones eran para el monarca la manera de pagar los muchos servicios que el empresario había prestado a la Corona a lo largo de su vida, especialmente en la financiación de las campañas militares en Cuba para acabar con los sueños independentistas de la isla. En cualquier caso, esos servicios no eran desinteresados, ya que la independencia cubana suponía un serio quebranto a los negocios del empresario.

D. Antonio López y López constituye un claro ejemplo en la España del siglo XIX de lo que los americanos llaman self made man. De orígenes muy humildes, con tan sólo catorce años emigró a América en busca de fortuna, como tantos y tantos españoles hacían por aquellos años. Allí terminaría por convertirse en un indiano, es decir, uno de aquellos afortunados que lograban su sueño y regresaban ricos a la península.


JOAN MARTORELL i MONTELLS. Palacio de Sobrellano (1888). Comillas (Cantabria). 


El Marqués había labrado su fortuna en los negocios emprendidos en la isla caribeña, entre los cuales se encontraba el despreciable comercio de esclavos. Su matrimonio con Luisa Brú Lassús, una rica cubana de orígenes catalanes, le ayudó también a levantar su imperio comercial. Entre los muchos negocios que emprendió, probablemente el más importante de todos fue la fundación en 1850 de una naviera, la Compañía de Vapores Correos de A. López  que luego pasaría a denominarse Compañía Trasatlántica Española. Pero su actividad abarcó otros muchos campos, como el financiero, llegando a presidir primero el Banco de Crédito Mercantil y más tarde el Banco Hispano Colonial, que él mismo fundaría. Tuvo igualmente negocios tabaqueros, fundando la Compañía General de Tabacos de Filipinas; invirtió en negocios mineros, a través de Hullera Española; se involucró en los nacientes ferrocarriles españoles, con su participación en Ferrocarriles del Norte; y aún podríamos añadir alguno más.

Poseedor por tanto de una inmensa fortuna, y premiado por el rey con un título nobiliario, decidió construirse una residencia y un panteón familiar en su villa natal de Comillas acorde con la posición social que ahora ostentaba, y que no dejara dudas de su poderoso status. El arquitecto elegido para el doble proyecto fue el catalán Joan Martorell i Montells, uno de los principales representantes del estilo neogótico en España. En Comillas dejó muestras de su forma de entender la arquitectura, con un marcado carácter goticista y ecléctico al mismo tiempo. Sus obras más importantes, no obstante, las había desarrollado en el terreno religioso, y entre ellas podemos citar la Iglesia de San Francisco de Sales, en Barcelona, o el Convento de las Adoratrices, también en la Ciudad Condal.


JOAN MARTORELL i MONTELLS. Palacio de Sobrellano (1888). Comillas (Cantabria).

Algunos investigadores destacan que la arquitectura de Martorell i Montells se distingue por la artificiosidad, la preparación técnica y ciertas dosis de atrevimiento en la realización de sus obras.  El neogótico dispuso de una gran aceptación tanto en Francia como en Inglaterra, por lo que no debe extrañar la influencia que tuvieron en su trabajo el francés Viollet-le-Duc, quizá el máximo difusor del estilo, y arquitectos ingleses como William Butterfield.

A su vez, Martorell fue uno de los maestros del joven Gaudí, colaborador suyo en estos dos trabajos para el Marqués de Comillas, encargándose del diseño del mobiliario del panteón familiar, situado a escasos metros de donde años después el propio Gaudí levantaría El Capricho. Fue de Martorell, precisamente, de quien tomaría Gaudí según la mayoría de los historiadores los elementos góticos que impregnan su arquitectura; y sería también Martorell la persona que propuso en 1883 el nombre de Antonio Gaudí como responsable de las obras de la Sagrada Familia en Barcelona.


JOAN MARTORELL i MONTELLS. Capilla - Panteón del Marqués de Comillas (1881). Comillas (Cantabria)


De los dos edificios que encargó Antonio López a Martorell, el primero en realizarse fue la Capilla, que integra igualmente la función de panteón familiar. La idea de la misma se plantea tras la muerte del primogénito del Marqués en 1876. Dos años después se inicia el proyecto, que concluye en 1881, el mismo año en que Alfonso XII elige Comillas por primera vez como lugar de veraneo.

El edificio, con una impecable ejecución neogótica, tiene una sola nave y está cerrada por una galería calada de planta poligonal que separa el presbiterio. La nave se ensancha por dos ábsides laterales que forman un falso transepto. En su interior, además del mobiliario de Gaudí, también hay importantes obras de arte como las pinturas de Llorens y Masdeu, o esculturas de Joan Roig, LLimona y Valtmijana.

El Palacio de Sobrellano se ejecutó más tarde, culminándose las obras en 1888. El resultado fue la obra civil más sobresaliente del arquitecto, y quizá también de todo el conjunto de su producción. En él se puede apreciar un perfecto ejemplo de arquitectura neogótica de clara ascendencia británica, mezclado con elementos tomados de palacios venecianos y del arte hispanomusulmán, que le otorgan ese carácter ecléctico al que antes nos referíamos.



JOAN MARTORELL i MONTELLS. Capilla - Panteón del Marqués de Comillas (1881). Comillas (Cantabria)


Para la fachada, imponente y muy movida, empleó materiales autóctonos, como la piedra de Carrejo. Destacan en ella las tres llamativas galerías abiertas, compuestas por elegantes arcos trilobulados que apoyan sobre finas y esbeltas columnas, y que se prolongan en los extremos en unos pequeños miradores poligonales. La galería central se adelanta y se asienta sobre un pórtico sostenido por arcos apuntados que descansan sobre poderosos pilares. Las suaves rampas que conducen hacia él y la escalinata de entrada, le confieren un carácter majestuoso y monumental.

En su interior se aprecia una estructura que suele calificarse de palladiana, con un recibidor que actúa como distribuidor y una espectacular y monumental escalera de mármol blanco con doble tiro. El espacio se ilumina a través de claraboyas hechas con vidrieras polícromas y resulta de una gran vistosidad.

En esta página podeis informaros algo más sobre la figura del Marqués de Comillas. En esta otra es posible ver fotografías antiguas del interior del palacio. Para saber más sobre la obra de Martorell i Montells, recomiendo el trabajo de Rosa Alcoy, que podeis completar con esta galería fotográfica de El poder de la palabra.

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